No sabríamos lo que de verdad es Sevilla si nos quedáramos sólo en la Giralda, la Torre del Oro y el Puente de Triana. Más allá de ese triángulo monumental, se encuentran los barrios periféricos, obreros y no tan renombrados como otras zonas de la ciudad, pero que también forman parte de la misma. Hablo de barrios como el del Cerro del Águila, que durante el pasado siglo sufrieron una gran transformación y contribuyeron al resultado de lo que hoy en día es Sevilla.

                                                                                                                                                                                     Enrique Fernández

HYTASA – HISTORIA

TÁVORA TEATRO ABIERTO S. COOP. ANDALUZA
Entorno urbano

El complejo HYTASA se situó alejado del perímetro urbano más consolidado, teniendo como referente urbano más inmediato el barrio del Cerro del Águila que había empezado a urbanizarse en el año 1922 siguiendo el trazado a cordel diseñado por Juan Talavera y Heredia. La construcción de la fábrica de HYTASA y de otras próximas, hicieron que este barrio se ocupase sobre todo por las familias obreras que trabajaban en las cercanías. La comunicación era buena, ya que se situó en la prolongación de la actual avenida Ramón y Cajal, que conectaba en línea recta al complejo industrial con el Prado de San Sebastián y el centro histórico de la ciudad.

Salvador Távora, soldador en la fábrica Hytasa

El crecimiento de esta zona de la ciudad vino de la mano de la sociedad industrial textil HYTASA (Hilaturas y Tejidos Andaluces, S.A.). Esta compañía, hoy en el olvido, fue en su día un “imperio” de la industria textil española y un referente de la europea.

La fábrica de Tejidos HYTASA se inicia en el año 1938 con Juan Talavera, que diseñó el primer proyecto y construyó las primeras naves que se alineaban a la actual avenida de Hytasa, antes Héroes de Toledo. A partir de 1941 y hasta 1963, será Juan Galnares Sagastizábal el encargado de terminar este complejo industrial. Talavera dispuso unas calles en perpendicular a la avenida que intentó fueran acondicionadas como calles de barrio, cuidando sus pavimentos y arbolando sus aceras. En el lado norte situó las oficinas y viviendas de dos plantas de altura, rodeadas de zonas ajardinadas que posteriormente fueron edificadas; almacenes y servicios de una crujía y dos plantas en el lado este de la fábrica y cinco naves entre las anteriores edificaciones, en sentido este-oeste, destinadas a tejidos, hilados y central de tintes, aprestos y secado. A excepción de esta última, todas las naves diseñadas por Juan Talavera se resolvieron con cubiertas a dos aguas. Galnares realizó el resto: central eléctrica, depósito de agua, varios almacenes y dos bloques lineales de viviendas dispuestos perpendicularmente a la calle.

La ordenación de Talavera, dotando a las calles principales de arbolado y anchura generosa son hoy dos factores que facilitan la recuperación de los edificios de HYTASA para otros usos de la ciudad. Los espacios productivos han de buscar hoy una nueva alternativa de uso, tratando de superar esa imagen de decadencia y abandono que caracteriza a las piezas de arqueología industrial. Un ejemplo es la adaptación de uno de los edificios a oficinas para la Sede de los Servicios Centrales de la Junta de Andalucía que llevaron a cabo los arquitectos Antonio Ortiz y Antonio Cruz.

El Teatro Salvador Távora, tiene la magia y la proyección de su fundador.

Nuestro teatro está situado en el Polígono Industrial Hytasa, para algunos la periferia, pero tendríamos que reflexionar sobre el sentido de periferia en una gran ciudad.  Cuanto más grande es una ciudad, menos “lejos” queda la periferia, aunque pueda parecer una paradoja. En las grandes orbes, los ciudadanos se desplazan a cualquier sitio de la ciudad en el que puedan encontrar actividades culturales sin importar cuál sea la distancia medida desde el centro de la capital. Ejemplos los encontramos en Paris donde, entre otros, están Courbevoie: Théâtre Bulle, Elancourt: Centre des sept Mares; Sceaux: CAC Centre les Gémaux; Sartrouville: Salle Gérard Philippe; Pontoise: Centre d’Action Culturelle; Villepreux : Théâtre du Val de Gally o el teatro ecuestre Zíngaro cuya sede está en Aubervillers y que acoge unos 60.000 espectadores al año, o en Florencia-Prato: Teatro Fabbricone o en Lisboa el Teatro A Comuna.

Desarrollando nuestra actividad desde la periferia, contribuimos de alguna manera a impulsar el sentido cosmopolita, tan necesario en una ciudad como Sevilla acostumbrada a ofertar sus productos culturales desde su centro geográfico, olvidando los barrios que la componen.

En 2007, la Agrupación Teatral La Cuadra de Sevilla S.A. adquirió una nave en el Polígono Hytasa, la cual dotó de todas las instalaciones necesarias para abrirla como teatro. Contó con la ayuda de la administración municipal ya que entraba dentro de un plan director de descentralización cultural y adecuación de una zona industrial decaída apta para la cultura y el ocio.

Desde su inauguración viene desarrollando una intensa labor de difusión de las artes escénicas. Por determinadas y complejas circunstancias, de difícil explicación, Salvador Távora y La Cuadra han perdido todo su patrimonio material pero no así su patrimonio artístico ni su intención de seguir trabajando y desarrollando un lenguaje único en el mundo ni el firme propósito de que el teatro sea un vehículo para transformar la sociedad y un despertador de conciencias.

Se ha constituido la cooperativa Távora Teatro Abierto – Sociedad Cooperativa Andaluza, formada por trabajadores técnicos y actores de La Cuadra para continuar con la labor de descentralización cultural y artística que impulsó el Teatro Salvador Távora y La Cuadra de Sevilla,ubicada en el Cerro del Águila, desde hace más de 40 años.

 

 

 

 

 

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